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La 11 División en Toledo

El primer contacto que pudo haber tenido mi abuelo Antonio con el ejército, pudo haber sido con la 11 división de Líster. El hecho de que dicha unidad militar se desplazara a Toledo, al sur del Tajo, muy cerca de donde mi abuelo se encontraba viviendo en esos momementos, me hizo pensar, antes de conocer los datos de su posible reclutamiento algo más tarde en la misma unidad, cuando fue movilizado su reemplazo, que tal vez fuera en este momento, mayo de 1936, cuando se incorporó al ejército y marchó a la guerra. Sin embargo, con los datos obtenidos después, me inclino a pensar, sin poder asegurarlo al cien por cien, que sería asignado, apenas un mes después a esta misma división. 

Como vimos más arriba, varias de las medidas tomadas en los primeros días después de alzamiento tendrían una grave repercusión en el desenlace de la guerra. La anulación del estado de guerra permitió que el gobierno tuviese un cierto control de la situación, manteniendo la autoridad, en detrimento de que la misma fuera ejercida por el ejército, lo que al final pudo ser un factor negativo para el desarrollo de la guerra; y por otro lado la disolución de todas las unidades del ejército, puso la defensa nacional, en los primeros momentos del conflicto, en manos de milicias voluntarias, controladas por los sindicatos o los partidos políticos, con mucha voluntad pero poca disciplina y organización militar, necesarios para hacer frente a un ejército profesional. 

El avance del ejército rebelde desde el sur probó, rápidamente,  la escasa eficacia de las milicias y la necesidad urgente de crear un nuevo ejército con todas las características de este, como son la organización, el mando y la disciplina. El gobierno dio el paso definitivo en la reorganización del ejército republicano, cuando el mismo día 28 de septiembre aprobó el decreto con el que se establecen el paso a las escalas activas del ejército de todos los jefes, oficiales y clases de milicia que se considerase necesario, y ese mismo día se aprobó la militarización de las milicias voluntarias del Ejército del Centro, que tendría vigor a partir del siguiente 10 de octubre, y a partir del día 20 las demás, con el argumento de que un ejército del pueblo precisa "que las fuerzas que lo constituyan tengan los derechos y deberes que corresponden a las fuerzas militares designadas o ratificadas por el pueblo, expresión de la necesaria disciplina en toda colectividad de carácter militar o social".  El cambio organizativo se completará poniendo bajo el mando del Ministerio de la Guerra a todas las fuerzas del ejército, y la creación de un Estado Mayor, el 15 de octubre. La voluntariedad, que era una de las características de las milicias de esos primeros momentos, quedó liquidada definitivamente al ordenarse la movilización de los reemplazos de 1932 y 1933Aunque la reorganización del ejército no sería inmediata, y hacer funcionar adecuadamente la nueva maquinaria todavía llevaría unos meses, se estaba entrando en una nueva fase de la guerra.

La unidad básica del nuevo ejército republicano va a ser la "Brigada Mixta", cuya característica principal es la búsqueda de flexibilidad y autonomía gracias a que se la agregarán armas que hasta ese momento eran propias de unidades militares mayores, como las divisiones o cuerpos del ejército;  la artillería, transmisiones, caballería, sanidad, zapadores, etc., aunque existió una gran variabilidad en su composición, y en la realidad, casi ninguna unidad contó con los escalones de apoyo completos. Aproximadamente, cada una de estas BM, contaba con 150 oficiales y comisarios, y en total unos 4.000 hombres, y estaba subdividida, a su vez, en 4 batallones de infantería, con cinco compañías cada una,  aparte del resto de armas (artillería, zapadores, intendencia, trasmisiones, etc.), en 4 batallones de infantería Las primeras brigadas, desde la 1 a la 6, fueron constituidos en octubre de 1936,  a partir de los batallones de milicias existentes con anterioridad. En mayo de 1937, ya había 155 BM. En realidad, las brigadas nunca fueron completadas según se había planeado, y sólo las primeras recibieron los contingentes precisos. Las Brigadas Mixtas, se van a agrupar, cada tres, en una División, unos 11.000 hombres. En noviembre de 1936 se habían creado las tres primeras. Las Divisiones constituyen Cuerpos del Ejército, en general formados por tres de estas unidades (Engels 1999)

 

La 11 División

La 11 División fue creada el 23 de enero de 1937 bajo el mando del Mayor de milicias Enrique Líster Forján, que hasta ese momento dirigía la 1ª Brigada Mixta, y que se mantendría al mando de la misma desde su creación hasta que se le encargó dirigir el V Cuerpo del ejército. El comisario, entre enero y diciembre de 1937, era Santiago Álvarez Gómez, del PC; y el jefe de Estado Mayor el Comandante de Estado Mayor Julio Suárez-Llanos Adriansens, hasta el 4 de abril de 1937.

Desde el principio de la guerra,  hasta el final, se movió por los campos de batalla más importantes o decisivos de la contienda. Formó parte de las fuerzas de maniobra de la república, es decir, de las mejores unidades, que eran desplazadas a los lugares donde era necesario, bien para realizar una operación ofensiva o para intentar detener a las principales unidades enemigas. El resto del ejército, mayoritariamente, salvo aquellos que se encontraron de pronto en un frente activo debido al avance o las decisiones de operaciones en los distintos territorios de las fuerzas rebeldes, pasó la guerra en frentes dormidos, en las trincheras, de forma que sus capacidades fueron mermando según avanzó el conflicto, por falta de actividad.

En febrero de 1937 participó en la batalla del Jarama integrada en el III Cuerpo del Ejército, incluyendo las Brigadas Mistas, 1ª, 1ª Bis, 23, 66 y 77. En marzo de 1937 estuvo en la batalla de Guadalajara incluida en el IV Cuerpo del Ejército, con las brigadas mixtas 1ª, 1ª Bis, XI y XII Internacionales, y la 1ª Brigada Móvil de Choque de Valentín González.  El 2 de abril de 1937 se encontraba en Madrid, encuadrada en el V Cuerpo del Ejército, con las Brigadas Mixtas 1ª, 48ª y 71ª; el 27 de abril, sigue perteneciendo al V Cuerpo del ejército, ahora con las Brigadas Mixtas 1ª, 9ª y XII. A principios de mayo de 1937 actuó en Toledo para contrarrestar la ofensiva franquista de la cabeza del Puente de San Martín. A partir de julio de 1937, en la batalla de Brunete, adquirió la configuración que, salvo ligeras variaciones en algún momento puntual, se mantendría a lo largo del resto de la guerra, integrada por la 1ª, la 9ª y la 100 Brigadas Mixtas.

El germen de la 11 división fue la 1ª  Brigada Mixta, creada a raíz de la intención del gobierno de la república de terminar con el sistema de milicias, y constituir un nuevo ejército popular. La 1ª BM había sido formada a partir de 4 batallones del 5º regimiento; el Corbata, la Victoria, el Amanecer y las Milicias Gallegas,   en el mes de octubre de 1936 en Alcalá de Henares, y fue puesta bajo las órdenes de Enrique Líster. Hasta que esta brigada fue integrada en la 11 División, participó en Seseña (octubre 1936), y en los meses siguientes en distintas operaciones en torno a Madrid. Fue reforzada con más batallones, el Thaelmann, el Cruz, el Heredia y el José Díaz, siendo entonces desdoblada en dos, la 1ª y la 1ª bis.  Una vez que se constituyó definitivamente la 11 División, Líster pasó a mandarla, y el comandante de infantería Manuel López Iglesias, se hizo cargo del mando de la 1ª Brigada.

El mismo día 23 de enero que se creó la 11 división, la 1ª Brigada bis se convirtió en la 9ª Brigada Mixta, que fue puesta bajo el mando del Mayor de milicias Rogelio Pando Argüelles, con Ángel Barcia Galeote, como comisario.

Desde ese momento, la división fue completada con diversas brigadas mixtas, hasta que en el mes de julio adquirió su configuración definitiva, al incorporar  la 100 Brigada Mixta. La 11 división quedó constituida con la organización que mantendría el resto de la guerra, formada por la 1ª, la 9ª y la 100 Brigadas Mistas. 

La 11 División en Toledo

El Frente Sur del Tajo se había configurado al estabilizarse el frente, una vez que la columna franquista que progresaba desde Sevilla, fue dejando atrás las diferentes localidades, sin cruzar el río hacia el sur, y avanzó definitivamente hacia Madrid,  con una línea de separación entre los dos bandos, que la constituía el río Tajo. Al norte quedaron los rebeldes, que habían intentado la toma de Madrid a finales de 1936, aunque fracasaron, y al sur los republicanos. El frente alcanzaba una longitud importante, y por lo que se refiere a la zona de Toledo, los republicanos se habían atrincherado en los cerros próximos a la ciudad, desde donde hostigaban, entre otros lugares, a la fábrica de armas. Poco a poco, como sucede con muchos frentes tranquilos, la tensión fue relajándose en vista de que los esfuerzos bélicos del enemigo se habían dirigido hacia Madrid, y por lo tanto la zona quedó relativamente tranquila. 

En ese contexto se produjo un evento que, en alguna ocasión me hizo pensar en la posibilidad de que fuera aquí cuando Antonio se enroló en la guerra, aunque hasta ahora no he podido constatarlo. Más tarde, cuando conocí otros datos pude, hasta cierto punto, desechar esta hipótesis, en favor de la movilización por su quinta. En todo caso, en mayo de 1937, las fuerzas de Líster de la 11 división actuaron al sur del Tajo, muy cerca de Navahermosa, donde en esos momentos debía encontrarse mi abuelo. Mi madre siempre había hablado de que mi abuelo iba con Líster, y en cuanto a las batallas de que alguna vez había citado, coincidía con el recorrido militar de este mando y unidad y, todo eso, unido al hecho de que sabía, o pensaba que mi abuelo había pasado a Francia con el ejército, daba verosimilitud a esa posibilidad.

El 7 de mayo, las fuerzas rebeldes, al mando del general Yagüe, iniciaron una operación para aumentar las cabezas de puente de San Martín. Previamente, en la planificación, no había sido autorizada por Franco la misma operación en la del Puente de Alcántara. El objetivo era alejar de la vista de la ciudad a los republicanos, asentados en los cerros próximos, desde los que tenían visión directa de los objetivos de la misma, por lo que podían hostigar y dirigir los bombardeos, principalmente a la Fábrica de Armas, que veía así seriamente amenazada su producción.

Cuando hablaba de la relajación del frente, quiero decir que pudo incluso existir negligencia por parte de los mandos. La resistencia ofrecida ante el ataque fue mínima, y los defensores, al parecer sorprendidos, huyeron en desbandada, dejando el frente desguarnecido y haciendo retroceder el mismo en unas pocas horas, en una cantidad muy significativa de kilómetros. Los rebeldes, sin embargo, a pesar del fácil avance, se ciñeron a los planes originales, y no avanzaron todo lo que podían haberlo hecho, aunque puede que tampoco fueran conscientes del vacío de defensores que se había creado. Al parecer, las evaluaciones por uno y otro bando fueron bastante erróneas, y los republicanos interpretaron las operaciones como un intento de rotura del frente, lo que les llevó a desplazar a la zona, para taponar la grieta, a una de las unidades de mayor prestigio en esos momentos, como era la 11 División al mando de Enrique Líster, que llegó al sitio el día 11 de mayo. 

Al parecer, dicha unidad realizó reclutamientos entre campesinos del entorno, por lo que su presencia en el lugar me hizo pensar, como comenté antes, en la posibilidad de que fuera este el momento en el que Antonio se incorporó al ejército. La sospecha de que era esta división con la que cruzó la frontera francesa en febrero de 1939, se vería ratificada con el descubrimiento de un documento en el que se anotaba el día exacto en el que Antonio pasó la misma, como veremos más adelante, casualmente, el mismo día que pasarían la frontera las fuerzas de Líster, aunque tampoco podía, en esos momentos, descartarse otras unidades como la 35 división, o incluso las Brigadas Internacionales. El caso es que el evento de mayo en Toledo, me hacía inclinarme hacia esta posibilidad. Más adelante, sin embargo, veremos que un evento posterior permite, sin obviar el paso de la 11 División por Toledo en este momento, que dos meses más tarde, Antonio terminaría, igualmente, en la 11División de Líster, y por lo tanto sin poder discriminar entre alguno de los dos, pero sí permitiendo, con un alto grado de probabilidad, considerar que hubiera sido incluido en esta unidad, en la que permanecería hasta el final de la guerra. 

La contraofensiva de Líster, con combates muy duros, en los que llegó a pelearse cuerpo a cuerpo por conservar algunas de las posiciones, hizo retroceder el frente hacia las posiciones desde las que los republicanos seguían teniendo visión directa de la ciudad, aunque el día 13 de mayo la ofensiva no pudo continuar debido a la falta de combustible para los tanques, ya que, al parecer, los suministros habían sido saboteados por el Jefe del Estado Mayor del Coronel Arturo Mena, ángel Lamas Arroyo, un militar, en este momento en el bando republicano, pero que terminaría pasándose al bando sublevado cuando tuvo la oportunidad. Una vez detenidas las hostilidades, la línea del frente se estabilizó. Más tarde, en septiembre se realizaría otro ataque rebelde con el fin de unir las cabezas de puente de Alcántara y San Martín, que había quedado dividida debido a que los republicanos conservaron el Palacio de la Sisla, y una mueva rectificación se intentaría, más tarde, para tomar la atalaya de las Nieves, que fracasó. Después, el frente ya no se movería hasta el final de la guerra. 

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