Versión de 13-11-2021
Preparación de la batalla
Desde mayo de 1937,
el doctor Negrín se encontraba al frente del gobierno, después de la caída del
de Largo Caballero. En abril, Franco, ya se había convencido de que Madrid no caería inmediatamente, y buscó otros objetivos, iniciando la Ofensiva del Norte, con el fin de apoderarse de esta pequeña franja, aislada
del resto de España, débil militarmente, pero rica en materias primas.
La ofensiva se
inició el 31 de marzo. El ataque aéreo sobre Guernica tuvo lugar el 26 de abril por parte de la Legión Cóndor y la Aviación Italiana. A pesar del esfuerzo que
se realizó para fortificar este frente, no llegó a completarse, de forma que
presentaba debilidades. Cuando el 11 de junio, los sublevados lanzaron su
ataque final sobre Bilbao, con el bombardeo de la artillería y los atraques de la
aviación machacando todas las posiciones, los defensores sólo resistieron dos
días antes de retirarse.
El 18 de junio,
al final, el cinturón de hierro de Bilbao no pudo resistir la ofensiva del
ejército rebelde. Con la caída de la capital en manos de los rebeldes también cayó toda Vizcaya. Todavía resistía la zona
de Asturias y Santander, y hacia esta última se dirigían ahora las miradas de
los sublevados.
Todo parece apuntar a que fue en Brunete donde Antonio tuvo su bautismo de fuego, por lo menos formando parte de un ejército organizado. La 100 Brigada Mixta llegó desde Alcoy a la zona centro, con la formación justa para entrar directamente en combate.
En los últimos años, el interés de la administración por recuperar y poner en valor los restos de la guerra civil está aumentando. Sin embargo, hasta ahora, y en gran parte sigue sucediendo en España, los restos de la guerra civil han sido marginados en relación al resto del patrimonio histórico. Debido a su poca antigüedad, en muchos casos ni siquiera es considerado digno de conservarse. En la zona de Brunete, organizaciones y grupos privados están desarrollando una importante actividad en relación a la conservación de los restos de la guerra, y su difusión. Desde hace varios años organizan rutas y visitas a los lugares más emblemáticos de la batalla. La Asociación de Amigos delas Brigadas Internacionales, y el blog Brunete en la Memoria, realizan un importante número de actividades, con las rutas que mencionamos, conferencias y homenajes, al tiempo que desarrollan una importante labor de investigación. Incluso han planteado la posibilidad de crear un museo de la batalla que, ante el desinterés mostrado por la administración, intentan sacar adelante mediante aportaciones voluntarias.
Los administradores de este blog están realizando una magnífica investigación sobre la batalla de Brunete y todo lo que la rodea. Mantienen y alimentan una base de datos donde van subiendo los nombres de todas las personas que localizan en los documentos que estudian. En ese listado, como era previsible, aparece varias veces el nombre de Antonio Gómez, sin el segundo apellido, pero relacionado generalmente con brigadas internacionales. Algunos piensan que las Brigadas Internacionales estaban formadas sólo por voluntarios extranjeros, pero en realidad no era así, sino que para completar las unidades había bastantes españoles, y la proporción de estos fue aumentando conforme avanzó la guerra, y el número de los voluntarios extranjeros fue disminuyendo debido a las bajas. En este sentido, es bastante normal encontrar españoles en las mismas, aunque en relación a mi abuelo, no he encontrado ningún documento definitivo que pueda vincularlo con estas, como vimos antes.
Un artículo publicado en el blog mencionado, “Sobre los nórdicos de la XI brigada internacional de la batalla de Brunete”, sirve como ejemplo de la confusión o dificultad añadida en la investigación, debida al nombre tan común de mi abuelo. Durante la batalla de Brunete batallones de esta división, el 1 y 3º, estuvieron agregados a la 11 división de Líster, y el 2º y 4º a la 46 de El Campesino. Entre los componentes de la XI brigada, 1er Batallón (Thälmann), 1ª Compañía, aparece claramente un “Antonio Gómez, Soldado”. También en los archivos rusos “REGASPI” en las distintas documentaciones pertenecientes a la 35 división, por ejemplo, localicé en una “relación de las bajas habidas en el 2º Bon. de la XIº Brigada, durante las últimas operaciones enero 1938 Teruel”, otro “Soldado. Antonio Gómez, enfermo”, o en otro listado similar, pero de bajas del I batallón, “Soldado. Antonio Gómez. Desparecido”, o en la “Relación de bajas habidas en el III. Batallón los días 17 y 18.7.1937, en el frente de Brunete”, “Antonio Gómez, Español, herido”.
Como sucedió en otras ocasiones a lo largo de la guerra, la república, para intentar aliviar la presión en el norte, se vio obligada a organizar una operación militar, de distracción, Ese será el objetivo principal de la batalla de Brunete, que se desarrolló a partir del mes de julio, en un ambiente asfixiante por el calor propio del tiempo y la zona. Brunete, será la primera ofensiva republicana en toda regla, es decir, una operación militar en la que el ejército popular tomó la iniciativa, y por lo tanto, se entendió como una comprobación de la efectividad del nuevo ejército, de reciente creación.
El desplazamiento de unidades militares rebeldes al frente del norte había creado una desproporción de fuerzas en la zona centro a favor de los republicanos. La línea del frente del asedio de Madrid había quedado estabilizada y, en estos momentos, se encontraba débilmente guarnecida. La idea de la operación republicana era lanzar un ataque desde el norte, para tomar Móstoles y Navalcarnero, mientras que desde el sur (Usera y Carabanchel), las fuerzas progresarían hacia el norte para converger con los otros atacantes en las proximidades del Alcorcón. El avance por detrás de las líneas enemigas dejaría a las fuerzas franquistas embolsadas en el interior del cerco que se crearía, y permitiría alejar el frente de la capital. Una vez cerrado el perímetro, la línea de defensa externa debía fortificarse para aguantar los ataques que con toda seguridad seguirían, mientras se iban reduciendo los núcleos interiores. Franco se vería obligado a detraer del frente del norte tropas y traerlas de vuelta hacia la capital, aliviando así la presión en ese territorio. Para entonces, se preveía, que la defensa del territorio conquistado se habría fortalecido lo suficiente para poder resistir sin problemas.
Para montar la operación, el mando republicano utilizará, en la zona norte, al Ejército de Maniobra, constituido por el V Cuerpo del Ejército, puesto bajo el mando de Juan Guilloto León (Modesto), y compuesto por la 11ª División (Brigadas Mixtas 1, 9 y 100) de Enrique Líster, la 35 División (Brigadas Mixtas 32 y 108, y la XI internacional), de Karon Swierzewski (General Walter), y la 46ª (Brigadas Mixtas 10 y 101) de Valentín González (El Campesino); y el XVIII Cuerpo del Ejército, bajo el mando del Teniente Coronel, Enrique Jurado, con las divisiones 10 de Enciso (2ª 30 bis, y 111 BM), 15 internacional de Janos Galicz (Gañ) (XII y XV BI) y 34 de José María Galán (3ª, 16 y 68 BM). En la zona sur actuaría el II Cuerpo del Ejército ó Ejército de Vallecas, formado por las divisiones Gallo y Bueno; por último, en la reserva, se contaba con las divisiones 14, de Cipriano Mera (70 y 95 BM), la 45 internacional, de Kleber (XII y C BI, y el Batallón divisionario), y la 47 de Gustavo Durán (49,69 y 99 BM).
El frente consistía en una línea de aproximadamente diez kilómetros, defendido, principalmente, por la 75 división franquista. El terreno es preferentemente llano, con poca vegetación arbórea, predominando los olivares y algunos encinares, con viñedos y retamas. El llano aparece surcado por barrancos y arroyos. Es de resaltar el mes en el que tuvo lugar la batalla, julio, cuando las temperaturas en la zona son muy elevadas.
A finales de junio (el día 21) la 11 división recibió la orden de trasladar las brigadas 1ª y 9ª de los lugares en los que se encontraba en esos momentos, a una zona próxima a donde se pretendían desarrollar las operaciones; dislocando las unidades en varias zonas, con el fin de pasar desapercibidos ante el enemigo. Durante la espera, y como elemento de propaganda y distracción, realizaron actividades relacionadas con la ayuda a los campesinos de la zona en la recogida de las cosechas. Como es habitual en estas operaciones, se dieron toda una serie de consignas para intentar no ser detectados por el enemigo, algo difícil si se considera los grandes movimientos de personas y vehículos que se precisan (AGMAV, C,894,5,1/170.1064,5,1). La 1ª Brigada Mixta debía ubicarse en la zona de Galapagar, Torrelodones y Colmenarejo; la 9ª en la de Moralzarzal, Alpedrete, Villalba y Collado Villalba. Es de suponer que en estos momentos, la 100 BM todavía no se había incorporado físicamente a la 11 división, pues no se la cita. Puede que se desplazara directamente al terreno de operaciones desde su base de entrenamiento, en Alcoy.
El 1 de julio, la 11 División recibió la orden de aproximarse a la zona de operaciones, con las mismas precauciones que ya se han mencionado. Todo el V Cuerpo del Ejército se desplegaría, escalonadamente, a lo largo de la carretera que discurre entre Galapagar y el Escorial, con la 11 división ubicada en el flanco izquierdo del dispositivo, entre los kilómetros 21 y 23. La división 46 se situó entre el kilómetro 23 y el 25, y del 25 al 27, la 35. Los efectivos del XVIII CE, se situaron hacia el este, a partir de la 11 división.
Desde esta zona, según se aproximaba el día previsto para el ataque se irán moviendo paulatinamente hacia el sur, hasta alcanzar las posiciones de partida previas a la batalla. Faltando tres días para la operación la 11 división se encontraba entre el vértice Lastras, el punto más al sur, y los kilómetros 21 y 24 de la carretera del Escorial a las Rozas, al norte. El puesto de mando se ubicaba en la posición Pico y Pala. Faltando un día para la operación las distintas divisiones fueron adquiriendo la configuración de cómo se iba a desarrollar el ataque. La 11 división, la más avanzada, era la que debía iniciar las operaciones, y tenía, como punto más al sur en este momento, la ladera norte del Cerro Santa Ana, al sureste de Valdemorillo; la 46 se encontraba algo al noroeste de esta, entre los kilómetros 16 al 20 de la carretera de Valdemorillo a El Escorial, y la 35 más aún al noroeste, entre los kilómetros 20 y 23.
El plan para el V y XVIII CE establecía el ataque,
cooperando, hasta alcanzar una línea situada a unos 4 kilómetros al sur de
Quijorna y Brunete, es decir sobrepasándolos, alcanzando el Puente sobre
el río Guadarrama de la carretera Brunete a Villaviciosa de Odón, y el Vértice
Mosquito, al otro lado del Guadarrama, y un poco más al norte tomando el Puente
sobre el Guadarrama de la carretera Brunete a Boadilla, y al otro lado del río
el Monte de Casa Romanillos. En su caso, debían aprovechar el éxito
progresando hacia Navalcarnero o Villaviciosa de Odón y Boadilla del
Monte-Alcorcón-Móstoles.
La 11 división tenía la misión concreta de cortar la carretera
de Brunete a Quijorna, tomar Brunete, cubrir las direcciones de San Martín de
Valdeiglesias y Sevilla la Nueva, y avanzar hasta establecer una cabeza de
puente en la orilla izquierda del puente sobre el Guadarrama en la carretera de
Villavidiosa de Odón. La 45 División debía tomar Quijorna, cubrir los pasos del río
Perales al Suroeste, y una vez asegurados avanzar hasta el kilómetro 4 al sur
del pueblo. La 35 actuaría como reserva protegiendo el flanco oeste del V
Cuerpo, mientras una brigada avanzaría hasta la parte central de la carretera
entre Brunete y Villanueva de la Cañada, para relevar a la de la 11 división. Por su parte, en la zona sur, las brigadas 41 y 42 del II Cuerpo del Ejército, tenían que romper el frente en la zona de Villaverde, para después, las brigadas 19 y 17, avanzar hasta Carabanchel Alto y Alcorcón, donde contactarían con el XVIII Cuerpo del Ejército.
Inmediatamente antes del inicio de la batalla, los puestos de mando ya estaban ubicados en sus posiciones más al sur: la 11 en la posición "pico y pala"; la 46 en la cota 810, dos kilómetros al norte del vértice Llanos, y la 35 en Valdemorillo. Las instrucciones eran que, una vez conquistado el vértice Llanos y Quijorna por la 46 División, el puesto de mando se desplazará a este pueblo, y el de la 11 a la parte central de la carretera entre Quijorna y Villanueva de la Cañada. Ocupados Villanueva de la Cañada y Brunete, el puesto de mando de la 11 se desplazaría a Brunete.
La estructura de sanidad planificada sería la siguiente: Las Divisiones, Brigadas y Batallones establecerían sus medios y puestos de socorro en función de las operaciones. Los heridos serían dirigidos, desde el puesto de clasificación de la brigada hacia el puesto de clasificación complementario ubicado en Valdemorillo; el Hospital de Cuerpo del Ejército se ubicaba en El Escorial, con 450 camas. el hospital de la 46 División, sobre ruedas con 1 quirófano; el Hospital de la 11 división en el km 22, 500 de la carretera de Galapagar a El Escorial, con 250 camas y 3 equipos quirúrgicos; el de la 35 División, en El Escorial con 200 camas y 3 equipos quirúrgicos.
Este último hospital es el hospital donde probablemente murió Gerda Taro. Recordamos que la fotógrafa fue atropellada por un tanque republicano durante esta batalla, y debió ser trasladada a uno de los hospitales montados para la operación. Gerda, fue mundialmente conocida debido a que era la pareja de Robert Capa, a sus fotografías, algunas de las imágenes que, al parecer se atribuyen a Capa, puede que fueran suyas (en realidad, Robert Capa era un pseudónimo con el que firmaron ambos, Endre Ernö Friedmann (Capa) y Gerda Taro), y por haber fallecido en un desgraciado accidente, durante esta batalla. Recientemente ha aparecido publicada en las redes por el hijo del médico de las Brigadas Internacionales, Dr. Janos Kiszely, una fotografía de éste atendiendo a una mujer, que puede ser la última fotografía tomada a la fotoperiodista, probablemente muerta. Inmediatamente se hizo evidente el parecido que mostraba la persona que estaba siendo atendida con Gerda Taro. En realidad, la fotografía ya era conocida, pues había aparecido publicada en un artículo de Moisés Broggi “Mis recuerdos durante la estancia en las Brigadas Internacionales” (Requena et al. 2006), con el pie de foto “John Kyszely, médico húngaro atendiendo de la cara a un herido en la sala de recepción del hospital de El Escorial, convertido en Hospital de Guerra, Batalla de Brunete”. Gerda, como decía, había sido atropellada por un carro de combate republicano en los momentos más virulentos de la batalla, el 25 de julio, en medio de un bombardeo de la aviación alemana, cuando esta seguía a las tropas republicanas que iban retirándose entre Villanueva de la Cañada y Valdemorillo, y fue trasladada al hospital de El Escorial, donde no logró superar las heridas. Parece que la fotografía pudo haber sido tomada en Torrelodones, donde el cadáver habría sido trasladado para adecentarlo (Tuytens, et al. 2018).
Los días previos al inicio de la batalla, el Batallón Especial de la 11 División, realizó varias incursiones en el territorio enemigo para obtener información. El día 3 se realizó un reconocimiento por Juan Modesto, y los jefes de las divisiones. El día 4, los jefes de las distintas brigadas de la 11 división, junto a Líster, realizarán un reconocimiento del terreno.
Bibliografía
Álvarez, Santiago, 1986: Memorias II. La guerra Civil de 1936/1939. Yo fui Comisario Político del Ejército Popular, Ediciós do Castro, Sada-A Coruña
Frente de Batalla. Batalla de Brunete
Líster Forján, Enriue. 2007: Nuestra Guerra. Memorias de un luchador, Silente,